SANTA GADEA

Un queso de cabra ecológico, un modelo sostenible.

De las mismas tierras donde el Cid Campeador obligó a Alfonso VI a someterse a juramento procede el queso ecológico de cabra Santa Gadea. Muchos siglos después, estos valles burgaleses dan cobijo y nombre a nuestra pequeña empresa familiar, que alberga más de 1.000 cabras alimentadas sólo con cosechas propias no transgénicas y carentes de pesticidas químicos.

Sin duda es esta alimentación la razón por la que nuestra maestra quesera trabaja, día tras día, con una leche propia ecológica de cualidades bacteriológicas insuperables, certificada como ecológica por el organismo más estricto del mundo, la FDA (Food and Drug Administration) norteamericana.

Pero Granja Santa Gadea es sobre todo una empresa ecosostenible de carácter agrícola, ganadero, lácteo, industrial y forestal: aquí generamos energía verde mediante paneles solares y molinos eólicos, reforestamos (más de 120000 árboles plantados), utilizamos las aguas pluviales, reciclamos el suero sobrante de cada fabricación y abonamos las cosechas ecológicas únicamente con un compost elaborado a partir de los excrementos del ganado.

Nuestras cabras duermen en un impresionante aprisco de madera de diseño francés (son francesas y queremos que se sientan como en casa). A pesar de la dificultad que entraña manejar un rebaño ecológico de estas proporciones, se han conseguido erradicar todas las enfermedades, incluyendo CAEV, gracias a un ambicioso programa sanitario.

La granja Santa Gadea se encuentra en San Cristóbal de Rioseco, un pequeño pueblo a las orillas del río Ebro. Rioseco pertenece al municipio de Valle de Manzanedo, y es sólo uno entre los quince pequeños núcleos de población existentes en su jurisdicción.

A su vez, Valle de Manzanedo forma parte de Las Merindades de Castilla, comarca repoblada en el siglo X, y que se extiende sobre el tercio norte de la geografía burgalesa. En el siglo XIV, según figura en el Becerro de las Behetrías, los núcleos poblacionales de Valle de Manzanedo eran propiedad de los poderosos nobles y abades, como es el caso del abad de Rioseco, que poseía Fuente Humorera y San Cristóbal de Rioseco. Sin embargo, a finales del siglo XVIII, tal y como se refleja en el Censo de Floridablanca, Valle de Manzanedo pasó de señorío a realengo.

El río Ebro ha fluido durante milenios por entre los desfiladeros de Valle de Manzanedo, henchido su caudal tras los inviernos nebulosos, flaco en los veranos secos, ha visto pasar a moros y cristianos a caballo, así como a tropas napoleónicas, y ha presenciado los enfrentamientos durante las guerras carlistas.